Es difícil hacer cambiar la opinión de Windows RT cuando a duras penas han salido dispositivos con él, o a casi un año de su lanzamiento al público, aún no tenemos la siguiente versión del sistema operativo, que precisamente irá encaminada a algo parecido: relegar el sistema a dispositivos con pantalla dedicada al consumo de contenido (menor a 10″) y larga extensión de batería, ahora que Haswell provee una duración extendida de batería.
Creo que a nadie nos sorprendió la noticia de las pérdidas de Microsoft y Nvidia por las pobrísimas ventas de la Surface RT. Y, en general, de todas las tablets con la versión reducida (que realmente no es así) de Windows 8 para arquitecturas ARM. Las razones son varias, y cualquiera que haya usado una tablet con Windows RT estará de acuerdo conmigo. Estas son sólo algunos de los motivos por los que creo que Windows RT no tiene sentido en tablets de más de 8 pulgadas…y aún con dudas. De hecho, algunos fabricantes ya han apoyado una parte de mi opinión de Windows RT, como Asus, que dejará de fabricar dispositivos con Windows RT, a raíz de sus pocas ventas.
Lentitud, la inaceptable pérdida de frames
Aunque esto no es del todo culpa de Windows RT, sino más bien del hardware que las potencia, Nvidia Tegra 3 en su mayoría. Si bien en su día fue un gran chip que dio poder a varios dispositivos con Android, el intentar mover un sistema operativo real con este chip en 2013 se hace algo…sluggish, o pesado, por decirlo de algún modo. Pero sigue habiendo un problema de filosofía: si creas un sistema para correr en un Nvidia Tegra 3, que lo haga bien.
Es precisamente la fluidez, esa característica que Microsoft intenta hacer como suya en sus últimos sistemas (y lo logra muy bien en Windows Phone 8 y Windows 8) en muchas tablets con Windows RT se ve perdida por culpa del procesador gráfico, haciendo que la opinión de Windows RT se vea deteriorada de cara al gran público, juegos como Jetpack Joyride no deberían bajar de los 60fps en una Surface de 500€ en su precio original, ni aunque estuvieras corriendo mil aplicaciones al mismo tiempo, ya que para Windows RT, estas no se están ejecutando realmente, como sí podrían estarlo en Android, por ejemplo.
Haswell, se acabó la excusa de batería y el calentamiento
Cuando Windows 8 y Windows RT salieron el mercado, se entendía como una de las razones principales, si no la principal, para tener dos versiones del mismo sistema (sí, son el mismo sistema, pero eso es tema de otro artículo) para distintas arquitecturas de procesadores, ARM y X86 (aquí incluyo X86_64 por simplicidad), el hecho de la vida extendida de batería que ARM daba frente a las plataformas de Intel, y así la opinión de Windows RT que pudiéramos tener se veía siempre atada a este hecho, de saber que otra forma no era posible para tener más de 5 horas de batería. Una Asus Vivo Tab con Intel que diera una vida de batería parecida a la Asus Vivo Tab RT actual sencillamente no era posible, o mejor aún: la diferencia que podemos ver a día de hoy entre la Surface RT y Surface Pro, dos dispositivos con miras diferentes, para su salvedad. Que quede claro, no las comparo en utilidad ni poder, sólo es un ejemplo de lo que era necesario para poner un Intel decente en una tablet: aumentar grosor y peso a causa de la refrigeración y sistemas extras…problemas que, precisamente, elimina Haswell.
¿Cuál será la excusa ahora si el Macbook Air de Apple tiene 12 horas de batería? Creo firmemente que ahora que los dispositivos pueden tener procesadores que preservan la batería a niveles muy decentes, a nadie le importaría tener 1 o 2 milímetros más de grosor por tener un verdadero ordenador con Windows 8 completo en 10.1″, aunque algunos se cuestionen sobre la utilidad del escritorio clásico y su pobre adaptación a lo táctil en este tamaño.
Windows RT, a por las 8″
Si por mi fuera, Windows RT debería hacer que el escritorio desapareciera, aunque, entonces, quedaría como una versión intermedia entre Windows 8 y Windows Phone 8, pero con menos utilidad, al contar con menos aplicaciones en su tienda, lo que no tendría demasiado sentido, casi tanto como el escritorio en una pantalla de 8″, a menos que se use exclusivamente como un dispositivo para proyectar presentaciones o edición ligerísima de textos en Word con un teclado externo.
Sin embargo, no podemos negar el auge que están teniendo estas tablets en el mercado, sobre todo desde la llegada del iPad Mini o la Google Nexus 7. Dudo que Microsoft quiera perderse este trozo del mercado, así como sus fabricantes aliados (Acer Iconia W3, o los rumores de una Surface de 7″, por ejemplo). Y es aquí donde precisamente Windows RT podría, (y sólo, debería) entrar en juego: dispositivos con una muy ligera carga de trabajo dedicados casi que exclusivamente al consumo de contenido. La creación, que se deje a sus hermanos mayores con Haswell.