Los smartwatch quieren imponer su ritmo, marcar una tendencia, los fabricantes de tecnología lo saben y de ahí su apuesta. Pero qué hay de los demás productos electrónicos, los llamados “no conectados”, ya no tienen camino. Pues como demuestra el Garmin Forerunner, eso no tiene por qué ser así, y quizás todavía muchos usuarios puedan hacer uso de estos productos electrónicos, e, incluso, le saquen un mayor rendimiento que a los novedosos relojes inteligentes.
El Garmin Forerunner es un reloj de funcionamiento con GPS con una pantalla a color con un diseño bastante interesante. Se puede trabajar al aire libre o en el interior en una cinta corredora, gracias al acelerómetro incorporado. También se puede vincular con su teléfono o el monitor de frecuencia cardiaca (a través de Bluetooth y / o ANT +). Una vez más, se trata de un reloj hecho específicamente para correr y deportistas.
El Garmin Forerunner a fondo
El Garmin Forerunner 220 (y su hermano mayor el 620) son los primeros relojes que llevan GPS con pantallas de color. Además, su display de una pulgada de Garmin consume muy poca energía, y además es extremadamente fácil de leer a plena luz del día.
Tiene un uso muy sencillo, y el uso de su GPS resulta muy cómodo, como es lógico, para las personas que hacen deporte. Además, una vez que se está ejecutando se puede pausar, reanudar, y desplazarse a través de dos pantallas diferentes de datos. La pantalla es muy fácil de leer, aunque quizás se podría haber puesto otros colores de lectura.
El Garmin Forerunner le dará más o menos unas 10 horas de uso, eso sí cuando esté conetado el GPS, si no, la duración es mucho mayor. Habrá que esperar por si surge alguna nueva versión, pero de momento parece un gran producto para los deportistas.