Microsoft ha sorprendido, pero quizás de una manera que nadie esperaba. Su apuesta por la nueva Xbox One se antoja tan conservadora como su primera incursion en la industria. Atrás ha quedado la tremenda innovación de Xbox 360.
La nueva consola de Microsoft se presenta como una vuelta a la casilla de salida, tenemosuna máquina con un diseño tremendamente impersonal que recuerda y se confunde con cualquier Pc de oficina.
Formas rectas y color negro, si no fuera por la increible funcionalidad de Kinect 2 sentiría que hemos visto la primera Xbox, un Pc dentro de una caja.
Xbox One: Adiós a la retrocompatibilidad
La retrocompatibilidad con su antigua consola de sobremesa queda descartada. Un elemento tan espinoso como mantener los juegos comprados anteriormente tanto en Xbox Live como en formato físico se cae de la agenda. Sony al menos afirmó su apuesta de ofrecerlos vía Gaikai.
Microsoft no ha aprovechado una oportunidad de oro sencilla de implementar por ellos.Xbox One sigue siendo una consola dominada por un Kernel Windows, gráficos diseñados por AMD y cuyos juegos utilizaran DirectX. Añadir el procesador PowerPc de Xbox 360 era económico y sencillo para Microsoft, mucho más que la locura de meter una Ps3 dentro de la nueva Playstation 4.
Los ya rumoreados 8 gigas de memoria ram aparecen como simple contrapartida a los anunciados en su competidora Playstation 4, pero no se ha informado de si serán unificados. Desconocemos también si será de tipo ddr3 o gddr5. Microsoft puede haber montado un simple Pc con gráfica y procesador separados y aun no lo sabríamos. Nos quedamos sin una apuesta por una arquitectura innovadora y tenemos una segunda máquina muy cercana a su competidora y al hardware de Pc.
Una tecnología tan interesante como illumiroom queda como un experimento que aún no quieren desarrollar. Vincularlo a su nueva Xbox One habría sido un golpe de efecto junto con la tremenda capacidad de Kinect 2, pero han preferido guardárselo en el cajón por el momento.
Xbox One: Los juegos de siempre ya no serán tuyos
Lo más doloroso y que creemos que traerá cola es un movimiento que de un modo o de otro se rumoreaba hace tiempo, el fin de la segunda mano. Xbox One requerirá instalar todos sus juegos y estos se vincularán a una única cuenta Live. Esto imposibilitara compartir juegos con los amigos y hará que al adquirir juegos de segunda mano tengamos que volver a pagar una cuota no especificada. Esto nos recuerda al sistema de venta por licencia. Ya no serás dueño de un juego, sino que te venderán una licencia para usarlo en una única máquina.
Los juegos del futuro serán los mismos que hemos jugado siempre. Para hacernos soñar, Microsoft solo ha presentado la franquicia nueva de Remedy, Quantum Break, a los ya conocidos Forza, Call Of Duty, Fifas y demás. No encontramos una apuesta por generar nueva magia, tendremos lo mismo de siempre. Deportes, coches, tiros y más tiros nos dejan sensación de deja vu.
Microsoft con su nueva Xbox One ha dejado claro que para ellos el futuro pasa por sustituir tu aparato multimedia. Asistimos al fin de las consolas como aparatos exclusivos de juego y damos la bienvenida al nuevo electrodoméstico de la sala de estar..