Es decir, que el actual modelo que hay en el mercado que se presentó este mismo año en el mes de marzo, ya tendría los días contados. Las razones que pueden llevar a esta decisión pueden ser variadas, pero la más importante es que se debe seguir el ritmo que marcan los “rivales” en el mercado. Y, estos, en algunos apartados como el diseño o la cámara tienen modelos que superan al terminal de Samsung. Por lo tanto, una rápida respuesta se puede ver como necesaria y, también, lógica… y esta sería el Galaxy S5.
De esta forma no se caería en algo de lo que, por ejemplo, se acusa a Apple: inmovilismo. Pero, también, es cierto que la vida en el mercado del Galaxy S4 no sería especialmente larga, por lo que habría que ver si los ingresos que se obtienen con él son suficientes para amortizar su lanzamiento. La verdad es que esto -de confirmarse la fecha de llegada de su sustituto- difícilmente se podrá conocer.
Lo que se espera del Samsung Galaxy S5
Como es lógico pensar nada se conoce a ciencia cierta del futuro teléfono de la compañía coreana, pero los rumores apuntarían a que este terminal incluiría un procesador de fabricación propia Exynos 5430 de 64 bits de ocho núcleos reales y, en lo referente al sensor de la cámara, este podría ser de 16 megapíxeles con estabilizador óptico de imagen y una mayor calidad en condiciones de poca luz (la tecnología ISOCELL podría ser de la partida).
Habrá que esperar a futuras informaciones para conocer si esto que decimos se confirma realmente, pero no es para nada descartable que el Galaxy S5 “jubile” a su predecesor a los diez meses de estar a la venta. El mercado, muy competitivo y activo, así lo podría demandar (y, además, se daría respuesta a los usuarios más exigentes, claro).