El escueto comunicado de Google puso fin así a días de especulaciones en los medios de comunicación sobre la utilidad y propiedad de esas estructuras, cuya construcción se gestionaba de forma confidencial.
Diversas fuentes apuntaron a que las barcazas, un total de cuatro de las que únicamente dos están en desarrollo, iban a ser empleadas como centros de datos portátiles o tiendas para vender las gafas Google Glass, entre los rumores más comentados.
El experto Dan Dascalescu, que está detrás del proyecto Blueseed que pretende montar un vivero de empresas en aguas internacionales frente a la costa de San Francisco, apuntó a Efe que por lo que había trascendido de las plataformas «no eran estables para exponerse al océano», por lo que tendrían que estar muy cerca de la costa o amarradas a un muelle.
Dascalescu indicó que, por su aspecto exterior, lo que está preparando Google «no tendrá mucha innovación».
Algunos internautas mostraron su desencanto hoy en Twitter una vez aclarado el entuerto.
Medios como The Atlantic calificaron los planes de Google como de «bastante aburridos» después de las expectativas creadas , algo en lo que la empresa californiana pareció coincidir.
«¿Un centro de datos flotante?, ¿un barco para fiestas locas?, ¿una barcaza para albergar al último dinosaurio? Tristemente, nada de esto. Aunque está en los primeros días y las cosas pueden cambiar, estamos explorando usar la barcaza como un espacio interactivo donde la gente pueda aprender sobre tecnología», señaló un portavoz de Google.